Las muertas de Juarez

La impunidad continúa

sábado, enero 28, 2006

La ejecución de Dante Almaraz

‘Hay aves que cruzan
el pantano y no se manchan;
mi plumaje es de ésos’
S. Díaz Mirón
(Frase que citó Dante Almaraz en su carta enviada a Norte publicada el 27 de diciembre del 2005)

Antonio Flores Schroeder
El asesinato del abogado Dante Almaraz, defensor de Víctor Javier Uribe ‘El Cerillo’, debe traer como primera consecuencia lógica la separación de los cargos de la subprocuradora Cony Velarde, y del ministerio público responsable del Departamento de Autos Robados, para que ambos sean sometidos a una investigación. Eso es lo más sano.
Aunque existen muy pocas probabilidades de que la orden de la ejecución haya salido de la oficina de Velarde, porque todo parece indicar que el atentado proviene de los mismos personajes que mataron al abogado Mario Escobedo, las denuncias públicas que hizo Almaraz no deben de ser tomadas a la ligera.
Las declaraciones que hizo Dante a varios medios de comunicación en el sentido de que al interior de la Subprocuraduría se estaban orquestando ‘asuntos negros’, señalando como responsables de lo que le pudiera ocurrir a la subprocuradora Cony Velarde, debieron haber motivado que la PGJE le asignara vigilancia inmediata. Pero no fue así.
En la carta enviada por el abogado a la redacción de Norte, Almaraz escribió, entre otras cosas, lo siguiente:
“...Ante la persistencia de enlodar mi nombre y reputación, de los grupos del gobierno pasado de Patricio Martínez, enquistados en dicha Procuraduría, donde forman grupos tan temibles que incluso asesinan a sus propios comandantes, les reitero mi vocación natural de manejarme con la ley como escudo y apegado al derecho, suplicándoles que asimilen la derrota jurídica en el caso de ‘El Cerillo’ y respeten a quienes hoy gobiernan el estado con espíritu de unidad, reconociendo la calidad moral y profesional de la procuradora Patricia González”.
A pesar de esto y de las advertencias que Dante hizo a través de los medios de que su vida corría peligro, ninguna autoridad se tomó el tiempo necesario para indagar el asunto y asignarle vigilancia.
El sentimiento generalizado al menos en Ciudad Juárez, es que la Procuraduría debe tomar cartas en el asunto y retirar de su cargo a quien se le tenga que retirar.
Dentro de la lógica que debe de seguir la investigación, opino que habría que seguirse en dos frentes. Una es indagar jurídicamente si el no haberle asignado seguridad al abogado, se trató de una negligencia por parte de la subprocuraduría o en el peor de los casos, de complicidad o falta de experiencia. El otro frente, se basa en detener lo antes posible a los sicarios que de acuerdo con la experiencia del caso Mario Escobedo, no sería descabellado pensar que éstos pudieran estar dentro de alguna corporación policiaca. Habrá que investigar a fondo.
Es evidente que la maquinaria del ex procurador Jesús José ‘Chito’ Solís sigue operando en la Subprocuraduría y que los elementos ligados al crimen organizado no fueron separados de sus cargos para ser procesados.
¿Por qué en las ejecuciones nunca hay detenidos?, ¿por qué nunca hay oficiales de seguridad pública cerca de los crímenes? La respuesta es muy clara: porque dentro de las corporaciones policiacas existen algunas gentes ligadas al crimen organizado.
Es reprobable que jefes policiacos, como el director de Tránsito, Fernando Romero Magaña, tengan una escolta tan grande como las que utilizan las grandes mafias para no morir abatido por las balas enemigas, mientras el resto de la ciudadanía viva con el Jesús en la boca por temor a morir de forma violenta, como vivió sus últimos días el abogado Dante Almaraz.
Ahora más que nunca los abogados de Ciudad Juárez deben de estar unidos. Alzar la voz a nivel nacional para que se sepa que en esta frontera, a quienes buscan la verdad, se les persigue con plomo. Las barras de abogados del estado deben por necesidad, unirse y reclamar, para que este asesinato no quede impune como sucedió con el abogado Mario Escobedo, quien muriera asesinado de forma similar el 5 de febrero del 2002, por elementos de la Procuraduría General de Justicia del Estado, que nunca fueron procesados por el asesinato.
Ojalá que la procuradora Patricia González actúe con la misma lógica e inteligencia que le ha caracterizado durante su estancia en la PGJE y que ha marcado una muy notoria diferencia respecto a sus antecesores, que poco hicieron por procurar la justicia en la entidad, y si, por privilegiar al crimen organizado. Las cosas han cambiado, sin duda.
Sin embargo llegó la hora de acelerar la limpia en la subprocuraduría.

Ejemplo a seguir
El abogado Dante Almaraz debe de ser recordado como el hombre que defendió a capa y espada la aplicación de la Ley, como un hombre que por su honestidad fue capaz de doblegar la espada de la necedad y la injustica del Estado. Almaraz se convirtió en un ejemplo para las generaciones venideras de abogados, al final de su vida fue visto por el gobierno como un personaje incómodo, pero en cambio, fue reconocido por la sociedad por la capacidad e inteligencia para combatir la ilegalidad que propició el gobierno del ex gobernador Patricio Martínez García. Descanse en paz.

jueves, enero 26, 2006

A la comunidad internacional:

*Peligra vida de El Cerillo

*Elementos policiacos pudieran estar detrás del crimen

*Estaba amenazado por autoridades


Ejecutan sicarios a Dante Almaraz,
abogado de ‘El Cerillo’

Salvador Castro / Ana Chaparro
Norte de Ciudad Juárez
El abogado Sergio Dante Almaraz Mora y otra persona que se identificó con el nombre de Miguel fueron acribillados ayer por la tarde cuando se encontraban a bordo de una camioneta de reciente modelo en espera del cambio de luz del semáforo del cruce de las avenidas Francisco Villa e Ignacio Mejía de la Zona Centro de la ciudad.
Testigos informaron que varios hombres se le emparejaron en otro vehículo del lado del conductor y les vaciaron la carga de una pistola calibre nueve milímetros.
Manifestaron que el acompañante del abogado de aproximadamente 40 años trató de bajarse del vehículo, pero fue alcanzado por los proyectiles resultando gravemente herido. Hasta el cierre de esta edición no había un solo detenido.
El artero homicidio del profesionista ocurrió a plena luz del día, en el transitado crucero el cual es uno de los puntos obligados de vigilancia de los elementos de las diferentes corporaciones policiacas que tienen a su cargo la labor preventiva en el sector.
Almaraz Mora, defensor del chofer de transporte público, Víctor Javier García Uribe, ‘El Cerillo’, recibió los impactos de bala en la cabeza, rostro y pecho que le provocaron muerte instantánea, mientras que los asesinos escaparon a toda velocidad hacia el oriente a bordo de una camioneta Ford Expedition, de color verde, de reciente modelo.
Los proyectiles que fueron disparados al abogado alcanzaron a su acompañante con quien, de acuerdo a informes habían salido del despacho ubicado en la avenida 16 de Septiembre y calle Oro y se dirigían a un restaurante ubicado en el edificio Continental donde había quedado de verse con la esposa de Dante Almaraz.
Aparentemente, los responsables ya conocían el trayecto que realizaría el abogado, por lo que prácticamente lo emboscaron.
Hasta las 21 horas la autoridad no había proporcionado información oficial sobre los hechos violentos e incluso no había confirmado que la víctima era el abogado Sergio Dante Almaraz Mora.
Por la noche se trasladó a esta frontera la procuradora de Justicia del Estado, Patricia González Rodríguez para estar al frente de las investigaciones.
Hasta el lugar de los hechos ocurridos a las 16.10 horas acudió la encargada de la Subprocuraduría de Justicia del Estado, Claudia Cony Velarde Carrillo y además el primero y segundo comandante de la Agencia Estatal de Investigación, así como elementos ministeriales de los grupos de Homicidios y Zeus y peritos de la dependencia; sin embargo, en el rastreo que realizaron los agentes municipales y estatales por la zona no fue posible la localización de los asesinos.
Cabe mencionar que el levantamiento del cuerpo ocurrió rápidamente sin que fue llamada la unidad de laboratorio móvil, como ha ocurrido en otros homicidios registrados en esta frontera.
La subprocuradora de Justicia del Estado permaneció en el lugar algunos minutos y posteriormente se retiró evadiendo a los reporteros que en esos momentos esperaban información oficial.
Testigos informaron que primero escucharon dos disparos y después siete más y luego observaron alejarse a tres hombres a bordo de la camioneta Expedition, seguidos de otra Suburban de reciente modelo con placas del estado de Nuevo México.
El abogado quedó recargado sin vida sobre el volante de la camioneta Chevrolet Suburban, color gris, modelo 2003, del Partido Convergencia, sin placas de circulación y sólo presentaba en el parabrisas un permiso provisional de la agencia de vehículos de la ciudad de Chihuahua, mientras que su acompañante logró bajar del vehículo y quedó herido sobre la banqueta frente a una óptica que resultó con un orificio en el aparador.
El vehículo quedó con el freno puesto por el abogado y el vidrio del conductor completamente dañado por los proyectiles de arma de grueso calibre.
Recientemente, el abogado había responsabilizado ante los medios de comunicación a la subprocuradora de Justicia del Estado, Claudia Cony Velarde Carrillo, al jefe de grupo de Autos Robados, Víctor Olivas y al agente del Ministerio Público Servín sobre lo que pudiera ocurrirle en su integridad física, después de que denunció irregularidades en la dependencia durante una investigación de la que fue sujeto por un vehículo con reporte de robo.
Almaraz Mora estuvo en días pasados en el programa de entrevistas de televisión Pido la Palabra en donde ratificó el señalamiento en contra de funcionarios de la Subprocuraduría e incluso los conductores lo cuestionaron sobre si no tenía miedo por su vida.
Además el abogado se desempeñaba como defensor del hijo del ex capitán de policía municipal, Arturo Cortés quien junto con otro agente municipal y otros dos individuos fueron arrestados por la Agencia Estatal de Investigación en posesión de vehículos robados, droga y un arsenal de armas, así como chalecos con las insignias de la Agencia Federal de Investigación.
Extraoficialmente se había manejado que en un principio que el abogado había recibido presiones para que abandonara el caso y después para que en un corto tiempo lograra la libertad de los detenidos.
Almaraz Mora en una carta aclaratoria dirigida al director de Norte de Ciudad Juárez denunció que el viernes 23 de diciembre se publicó con información dolosa otorgada por malos funcionarios de la Subprocuraduría de Justicia del Estado, Zona Norte, que él traía un vehículo de origen dudoso.
“Ha quedado probado contundentemente que no tengo ninguna relación con la propiedad o tenencia de dicho vehículo, habiendo comparecido la propietaria del mismo ante la autoridad correspondiente, deslindándome de cualquiera relación con el vehículo mencionado”.
Agregó: “Por ello, y ante la persistencia de enlodar mi nombre y reputación, de los grupos del gobierno pasado de Patricio Martínez, enquistados en dicha Procuraduría, donde forman grupos tan temibles que incluso asesinan a sus propios comandantes, les reitero mi vocación natural de manejarme con la ley como escudo y apegado a derecho, suplicándoles que asimilen la derrota jurídica en el caso de ‘El Cerillo’ y respeten a quienes hoy gobiernan el estado con espíritu de unidad, reconociendo la calidad moral y profesional de la procuradora Patricia González”.
Terminó su escrito recordando la frase celebre de S. Díaz Mirón de que “hay aves que cruzan el pantano y no se manchan; mi plumaje es de esos”.
Almaraz Mora se hizo célebre como defensor de los derechos humanos al tomar la defensa de los choferes de rutera Víctor Javier García Uribe, ‘El Cerillo’ y Gustavo González Meza, ‘La Foca’, quienes fueron detenidos en el mes de noviembre de 2001, después del hallazgo de los ocho cuerpos de mujeres que fueron depositados en el predio conocido como el campo algodonero ubicado en la Prolongación de la avenida Ejército Nacional y Paseo de la Victoria.
Un año y tres meses más tarde, el 8 de febrero de 2003, González, de 28 años, amaneció muerto en su celda en la penitenciaría de la ciudad de Chihuahua.
El día anterior se le había sometido a una intervención quirúrgica para extirparle sin su consentimiento una hernia que, dijo él mismo meses atrás, le surgió a consecuencia de los golpes recibidos cuando fue torturado por los mismos agentes que lo obligaron a declararse culpable en un video.
En tanto que García, de 32 años, el 14 de julio de 2005 fue liberado tras una larga lucha legal que en su trayecto sumó a organismos de la sociedad civil, derecho humanistas y políticos y gracias al empeño y valentía de su abogado defensor, Sergio Dante Almaraz Mora.
El abogado logró salir librado de esta batalla no así el defensor del otro acusado, Mario Escobedo Salazar quien fue ejecutado por elementos de la entonces Policía Judicial del Estado en el sexenio del gobernador del estado, Patricio Martínez García.